Trabajos realizados en Colombia (parte 1)


1996-1998

Antes de emigrar al viejo continente, al salir de la universidad, tuve un encuentro con un grupo de personas muy creativas, que tenían una cosa en común: el gusto por el cómic. La primera cosa que se estaba creando en ese grupo era una revista llamada Tostadora de Cerebros. El prefacio de la revista incluía varias veces y de forma inconexa la palabra "fuck", y las historietas contadas allí tenían esa misma facilidad de no relacionarse con nada. Precisamente uno de sus dibujantes tenía un hermano que se hacía llamar así: "Nada"; él mismo se hacía llamar "No", aunque en el instante en que salió la revista todavía era "Jesuscristina".

Yo en esa época era un tipo intovertido, tímido, atolondrado, y veía a algunos de estos personajes maquillados como prostitutas muertas y vestidos de negro, con temor a lo que necesariamente veía como siniestro y fuera de lugar en mis esquemas mentales. Alguna vez me los encontré en una callejuela de la oscura Bogotá y literalmente salí corriendo en dirección contraria. Luego, al tratar directamente con ellos, me di cuenta que eran personas con las que se podía tener un trato normal, incluso una buenas amistad, buenas personas finalmente. Estaban por allí Margarita, Jorge Ávila, Giovanni Cabrera... yo les mostré algo de jazz y ellos me mostraron algo de Hendrix.

La persona que cohesionaba al grupo y le daba forma al talento de cada uno era Miguel Urrutia. Era otro muchacho como nosotros, con una creatividad enorme y unos recursos creativos tremendos. En una época en la que en Colombia todavía no se había consolidado prácticamente nada, Él experimentaba con la fotografía, la escultura, la animación, los ordenadores, el vídeo. Reunió varios dibujantes para editar la Tostadora y luego nos incorporó en los proyectos artísticos y comerciales que traía entre manos en su agencia, llamada en esa época Morphos.

En aquella época yo era un dibujante pésimo. Al lado de personas con una capacidad impresionante para dibujar, ilustrar y animar mi trabajo era algo menos que pasable. Sin embargo, el hecho de estar allí con ellos hizo que me esforzara un poco y mi línea mejorara; así me fui incorporando poco a poco a los proyectos que Miguel llevaba a cabo en su agencia.

Uno de ellos fue la presentación del canal público Señal Colombia. En este trabajo estuve involucrado de manera esencial en la parte creativa, la dirección y la posproducción del producto final. Fue un trabajo realizado con la técnica del Morphing y basado en fotografías tomadas alrededor de cada sujeto presente en la composición. Como la mayoría de los trabajos realizados por la agencia, tenía un ingrediente innovador que sólo se veía de manera esporádica en el campo audiovisual en Colombia.

La necesidad de conseguir una entrada económica más estable me hizo separarme de ese grupo de personas; tuve que conseguir un trabajo más convencional, luego del cual me trasladé a España. El tiempo que gasté con ese grupo de artistas fue muy especial.