Cinco películas chinas en el comienzo del año de la cabra

El pasado 19 de febrero se celebró alrededor del mundo el año nuevo para los chinos, y como parte de un aporte a una asociación cultural que no llevó a cabo, hice una reseña sobre cinco películas chinas. La elección fue hecha en base a gustos personales y descubrimientos que he hecho de manera casual o gracias a la investigación:

Coal Money (documental)



China es una tierra imponente y devastada. La demanda energética que las grandes fábricas necesitan para producir las millones de toneladas de artículos que salen hacia el resto del planeta, convirtieron el país en un paisaje mustio y marchito, lleno de carreteras y caminos rotos por el tránsito incansable del transporte pesado.

Parece que en China todo hay que verlo con otro tipo de medidas. La cámara de Wang Bing capta esa desmesura de la manera más amplia en el plano focal, siempre en gran angular, esperando que nuestra mirada vea cada detalle en la inmediatez de su encuadre. Wang Bing no tiene conmiseración con nuestra mirada y no espera obtener un plano bello y en cuanto lo obtiene, es descartado porque hay algo más en esa compleja realidad que hay que capturar. Wang Bing nos muestra fragmentos de esa realidad brutal de la manera más natural, parece que sus protagonistas nunca se sienten anonadados ante su lente, porque en China hay algo mucho más importante que un tipo con una cámara: Producir, trabajar, de manera incansable y sin reflexionar.


Black Coal thin Ice




De lo más reciente del cine en China esta película ganó en 2014 el Oso de Oro en Berlín. El carbón es un tema tan recurrente dentro del paisaje chino, que en esta película hace parte principal de la trama de un thriller sosegado donde nada es lo que parece. Mientras la imagen documental de Wang Bing es un ejercicio de atención para el espectador, las imágenes y encuadres subjetivos de Black Coal nos muestran una manera propia del director Diao Yinan para narrar la vida de los personajes y así adentrarnos en el inframundo sutil que rodea una serie de descuartizamientos. El protagonista es un antihéroe de esos que seguro habrán por miles en China: un alcohólico, fumador, policía retirado que intenta recuperarse de un fracaso y un divorcio resolviendo un crimen cinco años después.


Infernal Affairs



"Quien está en un infierno continuo nunca muere; la longevidad es una gran infortunio en ese infierno" Buda

Una de las películas de acción más aclamadas en Asia, contiene todos los elementos esperpénticos y pomposos del cine de Hollywood e intenta construir una historia basada en ese estilo, donde apreciamos situaciones melodramáticas que frenan la acción. La música parece compuesta por un experto en realizar arreglos para películas de serie B. Qué salva a Infernal Affairs? un argumento original (Scorsese hizo The Departed "inspirado" en este film), con un montaje y actuaciones precisas (actúa Tony Leung) y donde se puede ver una fusión perfecta entre el cine oriental y el buen cine de acción hollywoodense. Podemos adivinar algún guiño estilístico al cine de Tarantino.


Hero




Si en Infernal Affairs se recurre a una épica basada en los estereotipos del cine norteamericano, en Hero esa épica se aplica al espíritu patriótico de los chinos al  recrear su historia y así alejarse de los complejos de inferioridad que muchas naciones tienen. Y aunque esta película tiene un trasfondo patriótico, Zhang Yimou (que es uno de los grandes poetas del cine comercial) la llena de un lirismo y una sutileza visual que solo alguien como él puede mezclar con secuencias de acción de una manera tan magistral. Yimou, aparte de acompañarse de los mejores técnicos (Christopher Doyle hace una fotografía impresionante, tajante en el uso de los colores y el cromatismo), trae a grandes estrellas como Tony Leung (le vimos en Infernal Affairs), la diosa hongkonesa Maggie Cheung, la delicada Zhang Ziyi y al hermético Jet Li, que quizá haya interpretado uno de los mejores roles de su historia como actor.


Election



Si hay una ciudad en Asia con el esplendor de las tradiciones orientales y la decadencia de occidente, es Hong Kong. Es una ciudad mestiza en su totalidad y las costumbres occidentales son una fachada que en su levedad oculta el trasfondo de miles de años de costumbres y también, de subterfugios. Las triadas tienen unos trescientos mil miembros sólo en Hong Kong y preservan la estabilidad en sus territorios. ¿Qué sería de esos miles de personas sin un líder? Johnnie To, un director de culto incluso admirado por Tarantino conjetura esa premisa en esta historia donde no existen protagonistas claros; incluso las breves apariciones son parte esencial de lo que debe ser una red criminal omnipotente. Jonnie To es un maestro del montaje y en algunas escenas, se puede ver su maestría para describir micro universos con esos personajes que sostienen de manera esencial la pugna por el poder de dos mafiosos.