El Abrazo de la Serpiente y 2001 Odisea en el Espacio, dos películas que nacen en el mito

En el Principio fue el Verbo

En el Principio fue el Monolito

En el principio fue la Anaconda



Ciro Guerra y su equipo son ovacionados por un público internacional durante diez minutos al terminar la proyección en Cannes de su nueva película El Abrazo de la Serpiente. Se les otorga el premio Art Cinema en la Quincena de Realizadores en Cannes. Antonio Bolívar, uno de los protagonistas del film ve que su imagen llegó antes que él a Cannes, refiriéndose a una fotografía del catálogo oficial del festival que encontró en una limosina (1). Seis años después de terminar Los Viajes del Viento, su director vuelve con otra historia que habla de un rito iniciático vinculado con lo sagrado.

Los Viajes del Viento fueron para mi el germen de lo que Ciro ha logrado sintetizar con esta nueva película. En los Viajes del Viento se relata el viaje de un juglar que posee el acordeón de Francisco el Hombre, un instrumento que posee poderes ocultos. Este juglar es acompañado por un muchacho que quiere aprender a tocar el instrumento y se convierte en su discípulo; juntos viven diversas aventuras en las que la violencia de Colombia siempre está presente como un hecho innegable. El muchacho llega hasta el destino del juglar, contempla su muerte y hereda lo que éste fue a buscar, un lugar propio en el mundo. Los Viajes del viento muestra de manera disgregada un conocimiento oculto, en varias escenas: La iniciación de varios adolescentes en el tambor, donde son bautizados con sangre de un reptil; la subida a una loma perdida donde un experto en acordeones repara el instrumento mágico; la sanación del juglar por parte de un chamán en las cumbres de la Sierra Nevada. Ciro Guerra venía ya investigando las relaciones de lo místico en nuestra cultura.


En El Abrazo de la Serpiente Ciro Guerra logra una historia más homogénea, más circular. Esta vez el elemento mágico no se encuentra disperso entre varios elementos narrativos. La narración lo unifica en la naturaleza, que permite a los personajes llegar al conocimiento sagrado, otorgado por una flor, la Yakruna. La película es un viaje a través del Amazonas, en busca de ese destino que expandirá el conocimiento el hombre blanco y lo trascenderá a un ser distinto. Encuentro cierto paralelo en esta sinopsis con la de 2001 Odisea en el Espacio: Un astronauta es guiado a través del espacio hacia un destino en el cual trasciende su estado humano para convertirse en un ser integrado con el cosmos.


La película de Kubrick y Arthur C. Clarke es la conclusión a la que un científico utilizando sus recursos artísticos llega para describir un mundo y su origen, su cosmogonía. Su visión pragmática y aferrada a hechos incontrovertibles intenta deshacerse de cualquier teogonía para dar una respuesta racional a la evolución humana: nuestros antecesores fueron guiados por seres de las estrellas hacia el estado actual de la humanidad. La especie humana encuentra su destino final en un astronauta que llega al final de una travesía cósmica para nacer como un ser galáctico. El astronauta es guiado por un monolito que le envía señales que le conducen por el espacio. Puede parecer intrincado el encontrar una semejanza entre la cosmogonía inventada por Clarke y la cosmogonía recreada por Ciro Guerra, pero el ser humano como especie tiene muchos puntos en común, independientemente de su origen. El ritual de iniciación se puede encontrar en muchos mitos, obras de arte, en la literatura. El conocimiento oculto que nos permite trascender y nos lleva hacia otros planos. Aunque tengamos temas comunes, nuestra diversidad como especie los pinta de manera distinta, y eso es lo que Ciro Guerra hace en su film con el viaje iniciático de manera auténtica, utilizando su propio lenguaje y basándose en una realidad que conoce de primera mano y pule con profunda investigación.



Virgilio guía a Dante por una travesía que les lleva desde el infierno hasta la entrada del paraíso


Bowman viaja a través del Cosmos guiado por seres de las estrellas hacia su renacimiento


Karamakate guía al hombre blanco por el Amazonas hacia la planta sagrada





Karamakate y el Monolito en 2001 cumplen en la estructura narrativa de las dos películas la misma función: son quienes sostienen e impulsan la trama, son los guías en la travesía de sus personajes respectivos. Al igual que Dante se deja guiar por Virgilio a lo largo de los círculos en la Divina Comedia, ambos impulsores llevan a sus iniciados por los distintos estadios de la trama y de los mundos a los que acceden hasta el destino final vinculado con lo sagrado, lo místico. Existe una coincidencia más que las vincula: En 2001, el monolito lleva a un científico -Heywood Floyd- hasta Clavius, el cráter en la luna donde se encuentra el primer monolito (2). Floyd descubre el poder del monolito que súbitamente emite una señal hacia Júpiter (en el libro hacia Saturno). En El Abrazo, Karamakate cree tener un sueño décadas atrás en el cual guía al explorador Theodor von Martius para sanarle de una enfermedad que le mantiene en agonía. Temporalmente hay un salto en las dos películas y en 2001 vemos a un astronauta, Bowman, dirigiéndose hacia Júpiter donde se encontrará con el monolito que finalmente le llevará a su renacimiento como ser estelar. En la película de Ciro Guerra, Hay un salto generacional y Karamakate guía a Evan Schultes hacia la planta sagrada que abrirá su conciencia. su percepción, y le llevará a su renacimiento como ser integrado en la naturaleza. En ambos casos se habla de una evolución de el ser humano hacia un nuevo nivel.

En los dos filmes el proceso de "El Viaje" se define de manera muy parecida: Cuando Bowman entra en el monolito, el viaje es una serie de coloridas imágenes que representan un salto espacio-temporal. Bowman sufre los cambios gravitacionales y su rostro alterado se ve de manera esporádica entre la sucesión de formas y colores que simulan velocidades extremas, acceso a mundos en los cuales nuestras leyes físicas solo son una fracción de la realidad. En El Abrazo, Evan consume la planta sagrada y en su mente aparecen sucesiones de imágenes abstractas y coloridas que personalmente me recordaron motivos indígenas. La percepción ha llegado a un nuevo nivel, y la consciencia accede a una información que no existía dentro de los parámetros dictados en el mundo al que Evan pertenecía.


La visión de cada autor delata su formación cultural y sus propias convicciones artísticas, sociales y científicas. Para Clarke, el ser humano debe ir de abajo hacia arriba, de la tierra a las estrellas, para evolucionar y convertirse en una raza galáctica. Es el conocimiento científico el que como especie nos hará dar un salto para explorar el universo y conocer otras civilizaciones. Para Guerra el viaje se hace desde fuera hacia el interior de nuestra conciencia e incluso de nuestra alma. El conocimiento de nuestras civilizaciones ancestrales, que nos habla del respeto a la naturaleza como creación absoluta, es el que nos hará evolucionar a nosotros y la naturaleza como un ser único.



Un hombre ve de lleno la luz eterna

Un nuevo ser nace en el Cosmos


El hombre blanco se une a la selva




El Abrazo de la Serpiente es una película de aventuras en toda regla. La realidad colombiana tiene tantos matices (donde el matiz oscuro es predominante) que los niveles de interpretación varían según el tipo de espectador. Para aquel que no esté al tanto de la realidad de nuestro continente, esta es una historia en la que dos civilizaciones se aproximan para conocerse y reconocer el valor de la naturaleza como única redención posible a nuestro pasado de violencia y codicia. Para quienes conocemos un poco más de la historia de América, El Abrazo resume la tragedia que ha sido para los habitantes originarios del continente el proceso de colonización que los ha llevado hasta casi su desaparición. De esos habitantes originarios en el Amazonas, unos pocos sobreviven aún en la selva, cada vez más acorralados por colonos, narcotraficantes, multinacionales, que van en busca de materias primas para exportar al sangrante primer mundo, o mundo occidental. Culturalmente, muchos misioneros han aniquilado la riqueza y la pureza de la visión de estas etnias.

El Abrazo muestra certeramente la locura del hombre blanco en la selva. El asesinato, la esclavitud, la tortura, el delirio megalómano de muchos hombres que se adentraron y se perdieron en la maraña y la oscuridad de la vegetación con la promesa del dinero fácil o la redención de unas almas que no lo necesitaban. La selva es implacable. La primera impresión que uno se puede llevar al ver la película es que hay una gran influencia de Herzog (Fitzcarraldo, Aguirre la Ira de Dios), pero esa es sólo una impresión superficial. Ciro Guerra seguramente tiene referencias mucho más amplias de las que Herzog como gran cineasta puede tener. A mi me vinieron a la mente Horacio Quiroga y Germán Castro Caicedo. Las fuentes de Ciro deben ser mucho más amplias y diversas.



(1) http://www.revistaarcadia.com/cine/articulo/estreno-el-abrazo-serpiente-festival-cannes/42594

(2) aquí obvio el primer monolito que aparece al principio del film, ya que hace parte de un "preludio" y no de la trama principal