2013 fue el año de los gimbal, o en castellano giroestabilizadores, unos dispositivos que adoptando la tecnología del Segway primero y luego de los drones teledirigidos -usados en cine y publicidad para grabar desde grandes alturas-, permiten estabilizar los movimientos de cámara estilo traveling llegando a una fluidez semejante a la del steadycam. Con un diseño mucho más sencillo, sin la aparatosidad del steadycam (los operadores de steadycam parecen robocop, con armaduras de gran peso), los giroestabilizadores compensan las vibraciones, cambios de inclinación o fuertes sacudidas que se puedan presentar cuando un operador de cámara sigue al actor o sujeto en cuestión.
El primer diseño de gimbals fue introducido en el mercado por el famoso fotógrafo Vincent Laforet, quien se asoció con varios diseñadores y fabricantes para lanzar el MOVI https://www.youtube.com/watch?v=OOBo4Ktv6ac. Después de presentar su innovación, decenas de fabricantes siguieron su idea, presentando nuevas propuestas, algunas mucho más económicas, hasta llegar a los “ripoffs” o copias hechas por fabricantes chinos que sin invertir dinero en I+D, venden sus productos en Ebay. Luego están los aventureros que tienen suficiente paciencia y espíritu creativo para realizar sus propias versiones desde cero, comprando los componentes, y en base a la prueba y error (muchas veces siendo apoyados por otros que ponen sus experiencias en foros y blogs en la red) llegan a armar sus giroestabilizadores “caseros” o DIY. El bricolage de los Gimbals.
La perfección del movimiento de cámara que se ha obtenido gracias a los gimbals es abrumadora. En alguna ocasión he llegado a pensar que es un aparato teledirigido, un robot, el que graba las secuencias y no una persona con una cámara. Para la publicidad y para la industria del cine (importante el término industria) estos aparatos han venido a ser una bendición (no tanto para los operadores de steadycam que de pronto vieron su trabajo como obsoleto, y en muchos casos perdieron una gran inversión de dinero), ya que básicamente cualquier persona puede operarlos sin necesidad de tener gran preparación. En estos casos, donde se requiere gran eficacia técnica, los giroestabilizadores son una herramienta que supone gran ahorro de tiempo y recursos.
Y en el verdadero cine, es necesario un gimbal?
Las escuelas de cine, las productoras, las agencias de publicidad, tienen un estándar muy alto, llamado Hollywood. La meca del cine es el sitio donde las innovaciones técnicas vienen de la mano con los retos de los directores, a los que se les exige un nivel de ejecución que lleve el público a las salas y llene los bolsillos de los estudios. En un negocio donde un error puede costar millones de dólares, la perfección técnica es algo más que necesaria, es imprescindible. Kubrick, quien técnicamente era un maestro, un técnico impecable, fue el coinventor del steadycam (y entre otras cosas trabajó con objetivos fabricados por la NASA) y gracias a su trabajo muchos técnicos siguieron innovando hasta llegar al nivel actual, donde los robots e incluso diseños heredados de la tecnología militar cunden el mercado.
Off Hollywood, sin embargo, tiene mano izquierda para la perfección técnica. En muchas ocasiones, el público no es consciente de los errores que se pueden ver en una película, precisamente porque está absorto con la historia, y esto es una virtud (aunque esos mismos errores se vean en un culebrón venezolano y para la gente pasen desapercibidos). Y en el tema que he decidido usar, los giroestabilizadores, tengo grandes ejemplos de porqué un gimbal no solo no es necesario, sino absolutamente inútil:
François Truffaut, Jules et Jim, 1962, la Nueva Ola
vamos al segundo veintiséis de este vídeo: allí vemos a la gloriosa Jeanne Moreau echar una carrera en un puente con sus futuros amantes, estos no logran seguirle, ella es una mujer libre y eso lo sabrán ellos unas secuencias después en la película. El traveling de la escena comienza de manera torpe, la cámara parece que los fuera a sacar de plano; unos segundos después, un primer plano del Jeanne, un traveling que de vez en cuando se sacude fuertemente por los baches del suelo. Una escena magistral, una potencia visual en la que no fue necesario ningún giroestabilizador, donde las imperfecciones le añaden frescura a la toma. Truaffaut 1, gimbals 0
Truffaut, La Peau Douce, La Piel Suave, 1964. Aquí nos vamos al 1:43:59 del vídeo
El esposo intenta llamar a su esposa para pedirle perdón, mete la moneda en la ranura del teléfono, y el operador de cámara intenta seguir el trayecto de la mano hasta el discado. Acabo de ver uno de los movimientos de cámara más torpes de la historia del cine (yo hubiera asesinado al operador, pero quien terminó asesinado fue otro). ¿Porqué alguien como Truffuaut permite que en su película salga un movimiento de cámara tan torpe? Lo hizo el mismo y quizá nos tenemos que sentir honrados por tener a un genio del cine manejando la cámara? No hubiera sido mejor abrir el plano y mantenerlo fijo? Si en ese momento, lo que surgió fue una limitación técnica, Truffaut no dejó que esa limitación borrara el plano, tuvo mano izquierda porque sabe que el público tiene mano izquierda cuando una historia está siendo bien contada y la tensión se mantiene gracias a ese plano. Truffaut 2, gimbals 0
Y ahora, uno de mis momentos favoritos del cine, donde ningún giroestabilizador mejoraría la perfección técnica y narrativa del plano:
qué vemos en esta escena? Un maleante pone un artefacto explosivo en el baúl de un automóvil, mientras los tambores de la música de Mancini nos llevan a una pareja sensual que pasea por las calles de Tijuana. Una iluminación típica de Orson Welles, donde su expresionismo acentúa el tono de la historia, un tono noir. Una grúa sigue a los paseantes mientras a su alrededor una coreografía de técnicos, actores y figurantes ejecutan al milímetro las órdenes del director. La cámara, que debería pesar unos cien kilos, es transportada por la grúa que se bambolea de vez en cuando, vibra, se sacude levemente añadiéndole textura a la toma, la vuelve orgánica y hace parte del mismo lenguaje propuesto por Welles. Welles 5, gimbals 0
En esta última escena, se ve el Hollywood de los cincuenta en su nivel técnico más notable. Posiblemente para la época ninguna grúa podría haber desempeñado una fluidez mayor, sin embargo esta aparente limitación no fue impedimento para que la toma se realizara y pasara a hacer parte del panteón del cine. Qué es lo importante en estas tomas, y en general de las películas bien hechas? La historia, la manera en que están narradas, los buenos actores, la buena iluminación, un guión bien ejecutado. Las innovaciones técnicas de Hollywood han llevado a que el nivel técnico se haya depurado bastante, sin embargo ese mismo Hollywood se ha olvidado de hacer un cine fresco, se ha concentrado en hacer historias bien ejecutadas en muchos casos carentes de fuerza. Esa ejecución técnica ha sido el modelo para muchos otros cineastas para los que la perfección les ha frenado a contar cosas con más libertad, quizá dejando encorsetada la manera de narrar una escena.
Ningún giroestabilizador va a hacer una escena más buena. La fuerza que tiene la escena ya viene de los factores que he mencionado anteriormente. El carácter que se le otorga a un plano es independiente a la técnica. No use gimbals, use la cabeza.