La fotografía fue tomada en el barrio de Lavapies, en Madrid. Este barrio es un crisol de culturas y etnias de todo el mundo, quizá donde se encuentren más nacionalidades por metro cuadrado en España. Muchos de estos inmigrantes son personas sin documentación, por lo cual son objetivo de la policía en redadas que se han considerado racistas. Los agentes buscan gente de color de piel oscuro; son abordados y si no tienen documentación en regla, son llevados a comisaría y deportados a su país sin ningún tipo de protección judicial.
La foto fue un momento de azar interesante. La niña mira preocupada, la dirección de su mirada advierte de redadas racistas en la zona. Detrás de ella, se ve la frase "el racismo se cura". Los colores intensos, corresponden con la percepción que tenemos de la realidad siendo niños, donde todo es edulcorado por las fantasías impuestas por la educación y los medios de comunicación.